Los distintos tipos
de estrés
El manejo del estrés puede resultar complicado y confuso
porque existen diferentes tipos de estrés: estrés agudo, estrés agudo episódico
y estrés crónico. Cada uno cuenta con sus propias características, síntomas,
duración y enfoques de tratamiento. Analicemos cada uno de ellos.
Estrés agudo
El estrés agudo es la forma de estrés más común. Surge de
las exigencias y presiones del pasado reciente y las exigencias y presiones
anticipadas del futuro cercano. El estrés agudo es emocionante y fascinante en
pequeñas dosis, pero cuando es demasiado resulta agotador. Una bajada rápida
por una pendiente de esquí difícil, por ejemplo, es estimulante temprano por la
mañana. La misma bajada al final del día resulta agotadora y desgastante.
Esquiar más allá de sus límites puede derivar en caídas y fracturas de huesos.
Del mismo modo, exagerar con el estrés a corto plazo puede derivar en agonía
psicológica, dolores de cabeza tensiónales, malestar estomacal y otros
síntomas.
Dado que es a corto plazo, el
estrés agudo no tiene tiempo suficiente para causar los daños importantes
asociados con el estrés a largo plazo. Los síntomas más comunes son:
ü Agonía emocional:
una combinación de enojo o irritabilidad, ansiedad y depresión, las tres
emociones del estrés.
ü Problemas
musculares que incluyen dolores de cabeza tensos, dolor de espalda, dolor en la
mandíbula y las tensiones musculares que derivan en desgarro muscular y
problemas en tendones y ligamentos;
ü Problemas
estomacales e intestinales como acidez, flatulencia, diarrea, estreñimiento y
síndrome de intestino irritable;
ü Sobreexcitación
pasajera que deriva en elevación de la presión sanguínea, ritmo cardíaco
acelerado, transpiración de las palmas de las manos, palpitaciones, mareos,
migrañas, manos o pies fríos, dificultad para respirar, y dolor en el pecho.
Estrés agudo
episódico
Por otra parte, están aquellas personas que tienen estrés
agudo con frecuencia, cuyas vidas son tan desordenadas que son estudios de caos
y crisis. Siempre están apuradas, pero siempre llegan tarde. Si algo puede
salir mal, les sale mal. Asumen muchas responsabilidades, tienen demasiadas
cosas entre manos y no pueden organizar la cantidad de exigencias autoimpuestas
ni las presiones que reclaman su atención. Parecen estar perpetuamente en las
garras del estrés agudo.
Es común que las personas con reacciones de estrés agudo
estén demasiado agitadas, tengan mal carácter, sean irritables, ansiosas y
estén tensas. Suelen describirse como personas con "mucha energía
nerviosa". Siempre apuradas, tienden a ser cortantes y a veces su
irritabilidad se transmite como hostilidad. Las relaciones interpersonales se
deterioran con rapidez cuando otros responden con hostilidad real. El trabajo
se vuelve un lugar muy estresante para ellas-
Estrés crónico
Si bien el estrés agudo puede ser emocionante y fascinante,
el estrés crónico no lo es. Este es el estrés agotador que desgasta a las
personas día tras día, año tras año. El estrés crónico destruye al cuerpo, la
mente y la vida. Hace estragos mediante el desgaste a largo plazo. Es el estrés
de la pobreza, las familias disfuncionales, de verse atrapados en un matrimonio
infeliz o en un empleo o carrera que se detesta. Es el estrés que los eternos
conflictos han provocado en los habitantes de Irlanda del Norte, las tensiones
del Medio Oriente que afectan a árabes y judíos, y las rivalidades étnicas
interminables que afectaron a Europa Oriental y la ex Unión Soviética.
El estrés crónico surge cuando una persona nunca ve una
salida a una situación deprimente. Es el estrés de las exigencias y presiones
implacables durante períodos aparentemente interminables. Sin esperanzas, la
persona abandona la búsqueda de soluciones.
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